Donde truena un hecho,
ten la certeza de que ha relampeado una idea
Ippolito Nievo
Decía Aníbal cuando quería emprender la conquista del
impero romano, que hallaría un camino para hacerlo o lo abriría.
El instrumento más potente para abrir nuevos caminos
es nuestra propia mente, nuestra imaginación y creatividad.
Dice el proverbio chino que el trabajo del pensamiento
se parece a la perforación de un pozo, el agua es turbia al principio, pero
luego se clarifica.
Si tenemos la mente entrenada para
pensar, si sabemos preguntar, si tenemos ejercitadas y utilizamos bien las destrezas y
capacidades del pensamiento seremos hábiles para revelar nuestras verdades en el libro abierto
que es la naturaleza y la comunidad humana.
El mundo debe ser recreado por cada
uno de nosotros.
Pensar se convertirá en una pasión,
nuestras ideas serán nuestros caprichos, nuestro mayor tesoro, pensar entonces
se convierte en peligroso, en una acción de riesgo, pero ya no tiene vuelta
atrás.
Como dijo Bernard Le Bovier, “Si tuviera una mano
llena de verdades, me guardaría muy bien de abrirla”, a pesar del riesgo de que
te la corten.
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